diciembre 16, 2017

Las Ondas Cerebrales



Son un reflejo de la actividad cerebral mayor o menor y más o menos sincronizada
 que puede estar involucrando a cualquier región cerebral

El cerebro humano es capaz de procesar 64.000 pensamientos por minuto. El ser humano, cuando percibe y está consciente, emite un patrón de ondas cerebrales que pueden identificar su estado.

Existe una conciencia plena y unitaria a pesar de que hayan diferentes partes del cerebro que trabajan de forma diferente. Es decir, que cada región donde se alberga, por ejemplo un sentido, emite una frecuencia de onda diferente y el cerebro recopila los datos de todo y lo simplifica como una única conciencia o información individual.

La respuesta está en la sincronía neuronal. Las descargas neuronales de un proceso cognitivo o intelectual se sincronizan entre sí formando redes transitorias que se integran en los procesos neurológicos. Estos procesos forman un patrón de actividad capaces de modificar el estado sináptico o producir cambios físicos de forma duradera en el tiempo.

Por eso, todo acto cognitivo va a implicar la coordinación de muchísimas regiones neuronales y está coordinación se pone de manifiesto cuando se sincronizan las neuronas, o sea, cuando sus ondas “suben y bajan” al mismo tiempo y en la misma frecuencia.

Esta sincronía se da en distintos lugares del cerebro humano y explica la coherencia y la unidad de los procesos mentales, siendo la conciencia humana un hecho que se da entre fases. Es por ello que en la actualidad, la neurociencia está estudiando aquellos procesos mentales que tengan que ver o estén relacionados con el entrenamiento mental y las ondas cerebrales.

Ondas cerebrales

Las ondas cerebrales son producidas por la sincronización de los pulsos eléctricos de diferentes grupos de neuronas comunicándose y definen nuestros pensamientos, emociones y conductas. Asimismo se alimentan de lo que hacemos y de cómo nos sentimos. Cuando la mayoría de nuestras ondas cerebrales son lentas podemos sentirnos cansados, lentos o adormilados; por otro lado, las ondas de frecuencias altas hacen que nos sintamos despiertos y alerta. Las ondas cerebrales se miden en hertz o ciclos por segundo y todos los humanos mostramos cinco tipos diferentes de estos patrones eléctricos: gamma, beta, alfa, theta y delta. 

Nuestro cerebro emite estos diferentes tipos de ondas cerebrales, fruto de una actividad eléctrica cuya frecuencia se mide en hertzios. Éstas son producidas en estado de conciencia o no, o también en un estado de vigilia como durante el sueño.

Cada una de las ondas cerebrales tiene un propósito y nos ayuda a manejar varias situaciones, ya sea para procesar o aprender información nueva o para contribuir a recuperar la calma después de un día agitado. Es importante mencionar que cuando hablamos de experimentar cierta onda mental es porque ser resulta la onda dominante. A través de nuestro día podemos experimentar estos cinco tipos de ondas al mismo tiempo; sin embargo, dependiendo del estado mental en que nos encontremos habrá un tipo de onda que domine. 

Las magnitudes a tener en cuenta de las ondas son la frecuencia y su amplitud. Una frecuencia alta es reflejo de una alta velocidad de disparo de potenciales de acción neuronal o impulsos eléctricos, mientras que una alta amplitud es reflejo de una actividad de disparo sincronizada. Significa que a mayor frecuencia, mayor velocidad de disparo neuronal, y a mayor amplitud, mayor número de neuronas activadas en ese preciso instante. Cambios en la amplitud de onda indican cambios en la sincronización neuronal.

La frecuencia responde a cuándo disparan las neuronas mientras que la amplitud responde a cuántas neuronas disparan en ese cuándo.

El cerebro tiene una actividad eléctrica que en diferentes áreas del cerebro constituidas de neuronas, el impulso nervioso funciona en relativa coherencia y rítmicamente. Las células neuronales se activan juntas (más o menos), como un impulso, luego se calman y luego se activan nuevamente.

Estos ritmos cerebrales no son estables, pero cambian a medida que crecemos, maduramos y envejecemos.

No hay ningún tipo de onda cerebral que sea mejor que otra o más especiales en comparación con otras. Todas son importantes porque son el resultado de la actividad eléctrica de nuestras neuronas y de cada uno de nuestros estados mentales.

Tipos de ondas cerebrales

Hay 5 tipos de ondas cerebrales que funcionan casi como notas musicales. Algunas actúan a baja frecuencia, otras a una frecuencia más alta. Sin embargo, juntas son capaces de formar una armonía donde nuestros pensamientos, emociones y sensaciones pueden alcanzar un equilibrio perfecto, de modo que nos sentimos más atentos y receptivos a todo lo que nos rodea.



Ondas Beta

Se sitúan entre los 13-40 Hz. Son las ondas más rápidas y reflejan nuestra actividad mental cuando tenemos los ojos abiertos y observamos el exterior.

Se manifiestan cuando pensamos y trabajamos con normalidad. Si estamos agitados o nerviosos por pensamientos, se dice que estamos en estado de “hiperactividad”. Este estado corresponde a lo que comúnmente se llama un beta estado negativo.

Por el contrario, cuando nuestro cerebro opera a gran velocidad pero con lucidez, nos encontramos entonces en un beta estado positivo, donde la lucidez mental y los estados de intuición son característicos. En fase beta, la mente permanece despierta, en estado de alerta y enfocada hacia objetivos determinados.

Es un estado requerido para aquellas actividades que exigen niveles altos de concentración (analizar, organizar información, presentar un examen, jugar, deportes, etc.) Si los niveles de ondas beta suben, la persona puede padecer estrés y ansiedad.

Ondas Alfa

Se sitúan entre los 8-13 Hz. Se producen cuando cerramos los ojos y relajamos nuestra actividad mental. Se trata de ondas más lentas que reflejan un estado de calma y de paz interior.

La imaginación puede ejercitarse de forma muy favorable cuando entramos en ondas alfa. Es un estado de intersección con nuestra psiquis, ya que a partir de aquí nos podemos poner en contacto con zonas de nuestro ser interior de las que no teníamos verdadera conciencia y también con informaciones en estado latente.

El cerebro produce este tipo de ondas cuando se está verdaderamente relajado. En el estado alfa desaparecen los miedos, los temores y las preocupaciones y se experimenta una sensación de paz y bienestar general del organismo.

Se activa el subconsciente y surge la creatividad, que ayuda a lanzar y encontrar nuevas ideas para resolver problemas que se planteen y llevar a término cualquier proyecto o meta en la vida.

Ondas Theta

Se sitúan entre 4-8 Hz. Son ondas lentas asociadas a estados de extrema creatividad. Es una estado de relajación profunda.

Las soluciones surgen sin esfuerzo aparente, como una iluminación. Son propias del subconsciente humano y puede transcender más allá del plano físico. La actividad cerebral desciende casi al punto del sueño. Este estado es ideal para la programación de la mente, para la auto-hipnosis y para la reducción del estrés.

Las ondas theta destapan el pasado y nos ponen en contacto con recuerdos que habíamos rechazado, o bien, estaban en el fondo de nosotros mismos, recuerdos de emociones fuertes, estados de shock que habían bloqueado ciertas situaciones, etc.

Actúan como “sistema de seguridad”, permitiendo o no encontrar la memoria consciente de emociones y de traumas ya olvidados o que fueron rechazados. En los programas de hipnosis se pretende llegar a este estado y ofrecer la posibilidad de unificar y limpiar estos pequeños fragmentos de memoria propios pero olvidados. En metafísica pasan a denominarse estados de conciencia creativa.

Este tipo de ondas se usa en programas de modificación de la conducta, así como en tratamientos de adicciones de ciertas sustancias como el alcohol u otras drogas.

Ondas Delta

Se sitúan en un rango de 0,1-4 Hz. Son las ondas más largas, lentas y ondulantes de todas. Normalmente, se producen durante el sueño profundo, mientras se duerme y también en la meditación avanzada.

Si las Theta representan un sistema de seguridad, las ondas delta abren el camino hacia el subconsciente, a toda la información acumulada durante nuestra vida, almacenada de forma consciente como inconsciente. Si nuestro cerebro se sincroniza con ondas de tipo delta, podemos ser capaces de acceder a esta información y “llevarla” a la mente conscientemente para visualizarla y pensar sobre ello, sobre nuestras posibilidades reales.

Ondas gamma

Las ondas gamma son un conjunto de señales eléctricas que emiten nuestras neuronas y tienen una frecuencia aproximada de 40 Hz o pulsos. También pueden realizarse mediciones bajo las mismas condiciones y encontrar a personas situadas en los rangos de 26 Hz a 70 Hz.

Las ondas cerebrales gamma son las ondas de mayor frecuencia y menor amplitud que se registran como reflejo de nuestra actividad cerebral. Son las más rápidas y las que mayor actividad mental representan  momentos repentinos de lucidez, intuición, brillantez y concentración extrema .

Las actividades que más requieren el uso del intelecto, aquellas a las que denominamos cognitivas de alto nivel, se dan cuando se supera el límite de los 24 Hz ya que es en este punto cuando se detectan las ondas gamma. Las ondas gamma también pueden estar presentes en la fase REM del sueño, aunque son propias de la reflexión cognitiva.

La presencia de ondas gamma cerebrales en el electroencefalograma significa que nuestras neuronas están “trabajando deprisa”. Muchas funciones necesitan la actividad de varios grupos neuronales de forma coordinada. Aunque esto ocurre en muchos procesos cotidianos, la realidad es que parece que la mayor activación de diferentes áreas cerebrales tiene mucho que ver con procesos cognitivos de alto nivel como la consciencia, la atención, la concentración o el razonamiento.

Esta activación rápida de varios grupos neuronales está considerada por una parte de neurocientíficos como la solución al problema de la integración, esto es, cómo diferentes tipos de información  visual, sonora, interoceptiva, memoria, emociones, etc.  procesados en diferentes partes del encéfalo y que no confluyen en ningún punto concreto pueden dar lugar a una percepción integrada de la realidad. Las ondas gamma son el reflejo del “uso coordinado” de diferentes regiones cerebrales.

Las ondas gamma también parecen vinculadas a estados que poco tienen que ver con la concentración y el racionamiento sino más bien con respuestas explosivas como las situaciones de ansiedad o terror extremas.

Hay que destacar también que las ondas gamma, así como cualquier otra onda cerebral, no son producto de la activación de ningún área o áreas concretas. Simplemente son un reflejo de la actividad cerebral mayor o menor y más o menos sincronizada que puede estar involucrando a cualquier área, no alguna en especial, aunque su aparición sí correlaciona con procesos como los anteriormente descritos. Es decir, pueden aparecer ondas gamma durante la ejecución de tareas que impliquen una concentración en un cálculo, en tareas como la meditación o en un sentimiento extremo de pánico, etc.

Son el reflejo de una actividad eléctrica alta del cerebro que se relaciona con una alta activación emocional o con procesos cognitivos superiores propios del ser humano como la consciencia y que aparecen cuando “se ponen en marcha” varias regiones cerebrales a la vez (que no tienen por qué ser unas áreas determinadas) y que suponen un comportamiento eléctrico normal y esperado.


Investigación

Sincronía de ondas cerebrales, la clave para la memoria de trabajo visual

Científicos de la Universidad Estatal de Montana en Bozeman y de la Universidad Atlántica de Florida en Boca Ratón, en un estudio hecho sobre animales y publicado en línea, en la revista Science Express en noviembre 2012, llegaron a la conclusión de que el mecanismo que permite al cerebro retener en la mente lo que el sujeto acaba de ver se basa en la sincronización de ondas cerebrales en un "circuito" de memoria de trabajo.

Núcleos cerebrales – Circuito
de la memoria de trabajo
Antes de este estudio, los científicos habían observado patrones de sincronía de actividad eléctrica entre esos dos centros de interconexión del circuito después de que un mono veía un objeto, pero no estaban seguros sobre si las señales realmente representaban esos recuerdos visuales a corto plazo en el cerebro. Se tendía a pensar que esas oscilaciones neurales podían actuar a modo de policía de tráfico, regulando la circulación de la información a través de las autopistas cerebrales.

Los científicos registraron señales eléctricas generadas por grupos de neuronas de ambos centros de interconexión en dos monos que realizaban una tarea que exigía usar la memoria de trabajo visual. Para escoger la respuesta correcta y ganar así una recompensa, los monos tenían que recordar un objeto, o su ubicación, que veían momentáneamente en la pantalla de una computadora.

Las ondas cerebrales de muchas neuronas de estos dos centros de interconexión, concretamente la corteza prefrontal y la corteza parietal posterior, tenían diversos grados de sincronización, dependiendo de la identidad del objeto. Ésta y otras evidencias indican que hay neuronas en estos centros de interconexión que están especializadas en rasgos particulares del campo visual, centrándose en estos e ignorando otros.

Los investigadores también determinaron que la corteza parietal influía más que la corteza prefrontal en regulación de ciertos procesos. Anteriormente, muchos investigadores pensaban que la tasa de "disparo"  emisión de señales  de neuronas individuales de la corteza prefrontal era el mecanismo principal de la memoria de trabajo.

Cuanto más sincronizadas estaban esas señales eléctricas neuronales en dos centros de interconexión fundamentales del circuito, más retenían esas células el recuerdo a corto plazo de un objeto acabado de ver.

La memoria de trabajo es la memoria a corto plazo que usamos para por ejemplo recordar un número telefónico o una dirección de correo electrónico durante el breve tiempo que necesitamos para teclearlo. Se trata de la habilidad de manipular y usar la información almacenada por corto espacio de tiempo en la mente, lidiando también con factores de distracción. Utilizamos la memoria de trabajo cientos de miles de veces cada día sin notarlo.


Las ondas de dos regiones del cerebro se sincronizan al aprender categorías

Según un estudio de neurocientíficos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publicado en Neuron en mayo 2014, la mente humana puede absorber rápidamente y analizar nueva información a medida que salta de un pensamiento a otro. Estos estados cerebrales rápidamente cambiantes pueden ser codificados por la sincronización de las ondas cerebrales en las diferentes regiones del cerebro.

Los científicos han observado que las ondas producidas en dos regiones del cerebro, la corteza prefrontal y el cuerpo estriado, se sincronizan entre sí cuando el individuo aprende categorías, es decir, a clasificar objetos. Esta podría ser la base de la flexibilidad del aprendizaje, porque el proceso se produce de forma instantánea, más rápidamente que las sinapsis o conexiones neuronales.

Las ondas que se originan en el cuerpo estríado
(rojo) se sincronizan con las de la corteza
prefrontal (azul) cuando se aprenden categorías
Explican que el aprendizaje de categorías da como resultado nuevos circuitos funcionales entre estas dos áreas, y estos circuitos están basados en el ritmo, lo cual es clave porque es un concepto relativamente nuevo en la neurociencia de sistemas.

Hay millones de neuronas en el cerebro, y cada una produce sus propias señales eléctricas. Estas señales combinadas generan oscilaciones conocidas como ondas cerebrales, que pueden ser medidas por electroencefalografía (EEG). El equipo de investigación se centró en los patrones de EEG de la corteza prefrontal  la sede del sistema de control ejecutivo del cerebro  y el cuerpo estriado, que controla la formación de hábitos.

El fenómeno de la sincronización de las ondas cerebrales probablemente precede a los cambios en las sinapsis, o conexiones entre las neuronas, que están considerados la base del aprendizaje y de la formación de la memoria a largo plazo. Este proceso, conocido como plasticidad sináptica, consume demasiado tiempo para ser el origen de la flexibilidad de la mente humana. Creen que las ondas cerebrales sincronizadas pueden ser la manera en que lo hace el cerebro.

En el estudio, los investigadores querían investigar si este patrón de actividad refleja en realidad una comunicación entre la corteza prefrontal y el cuerpo estriado, o si cada región trabaja de forma independiente. Para ello, midieron las señales de EEG de monos que aprendían a asignar patrones de puntos a dos categorías distintas.

Al principio, a los animales se les mostraban dos ejemplos diferentes, o "ejemplares", de cada categoría. Después de cada ronda, se duplicaba el número de ejemplares. En las primeras etapas, los animales podrían simplemente memorizar qué ejemplares pertenecían a qué categoría. Sin embargo, con el tiempo el número de ejemplares se volvía demasiado grande para que los animales los memorizaran todos, y comenzaron a aprender los rasgos generales que caracterizaban cada categoría.

Al final del experimento, cuando los investigadores mostraban ya 256 nuevos ejemplares, los monos fueron capaces de clasificar todos ellos correctamente.

A medida que los monos pasaban de la memorización ritual al aprendizaje de las categorías, los investigadores vieron un cambio correspondiente en los patrones de EEG. Las ondas cerebrales conocidas como "bandas" beta, producidas de forma independiente por la corteza prefrontal y el cuerpo estriado, comenzaron a sincronizarse entre sí. Esto indica que se estaba formando un circuito de comunicación entre las dos regiones.

Un poco más tarde, cuando el animal determinaba ya con precisión las dos categorías, se formaban dos circuitos separados entre el cuerpo estriado y la corteza prefrontal, cada uno correspondiente a una de las categorías.

Este es el primer trabajo que proporciona datos que sugieren que el acoplamiento en la banda beta entre la corteza prefrontal y el estriado pueden desempeñar un papel clave en la enseñanza de categorías. Además de revelar un nuevo mecanismo implicado en el aprendizaje de categorías, los resultados también contribuyen a una mejor comprensión de la importancia de las oscilaciones en la banda beta dentro del cerebro.


Durante el sueño, las ondas cerebrales llamadas "Princesa Leia" ayudan al cerebro a recordar

Un equipo de seis investigadores en neurología y radiología del Instituto Salk, en un estudio publicado en Neuroscience de noviembre 2016, acaba de perfeccionar la comprensión de las ondas cerebrales responsables de este fenómeno y revelar una característica curiosa: cuando dormimos, debajo de la caja craneal, giran alrededor de nuestros oídos como el famoso pan doble en pan con uvas de la “Princesa Leia” (Stars Wars 7).


Hacen un giro completo que dura
70 milisegundos y se repite miles
de veces durante la noche
Gracias a los implantes de electro-corticografía  los mismos utilizados en epilépticos durante la evaluación pre-operatoria  capaces de medir la actividad del cerebro en varios lugares a la vez. Por el contrario, los científicos pudieron observar que los spindles (o los husos del sueño, que intervienen entre las fases del sueño REM y el sueño profundo) no se activan simultáneamente con la misma intensidad. Los picos siguen un patrón circular alrededor de la neocorteza, en un punto, luego en otro, unos pocos milisegundos después.

El equipo cree que esta organización de la actividad cerebral permite que las neuronas hablen con otras neuronas, ubicadas en otras áreas, y basa sus conclusiones en el intervalo de tiempo entre dos picos, de acuerdo con la velocidad de las señales neuronales. En total, las ondas tardan 70 milisegundos en completar un giro completo. Un patrón que se repite cientos y cientos de veces durante la noche.

Un descubrimiento que podría ayudar a comprender y tratar mejor la esquizofrenia, que se caracteriza por husos anormales del sueño, o para borrar recuerdos obsesivos en personas que sufren de estrés postraumático.


Funciones cerebrales fortalecidas gracias a los frutos secos

Un estudio realizado por investigadores del Centro de Salud de la Universidad de Loma Linda (California), publicado en el FASEB Journal de octubre 2017, ha revelado que comer nueces regularmente refuerza las frecuencias de ondas cerebrales asociadas con el conocimiento, la curación, el aprendizaje, la memoria y otras funciones clave del cerebro.

En este estudio, titulado "Nuez y cerebro: efectos del consumo de nueces sobre los cambios de ondas cerebrales electro-encefalográficas", los investigadores descubrieron que algunas nueces estimulaban algunas frecuencias cerebrales más que otras. Los pistachos, por ejemplo, han causado la reacción más fuerte de las ondas gamma, que son esenciales para mejorar el proceso cognitivo, la memorización de la información, el aprendizaje, la percepción y el movimiento rápido de los ojos durante el sueño. Los cacahuetes, que en realidad son leguminosas, pero formaban parte del estudio, produjeron la mayor respuesta para las ondas delta, que se asocian con la inmunidad saludable, la curación natural y el sueño profundo.

Los investigadores encontraron diferencias entre las seis variedades de nueces probadas, todas las cuales son ricas en antioxidantes muy beneficiosos, siendo las nueces las que contienen las mayores concentraciones de antioxidantes.

Los investigadores han probado los efectos del consumo de frutos secos en las modulaciones de frecuencia dentro del cerebro. El cerebro humano produce cinco tipos diferentes de ondas y cada onda produce su propia frecuencia y ocupa su propio ancho de banda. Algo así como las estaciones de radio en un dial.

El equipo realizó un estudio piloto con sujetos que aceptaron y consumieron almendras, castañas de cajú (nuez de la India), cacahuetes, pecanas, pistachos y nueces. Los electroencefalogramas (EEG) se hicieron para medir la fuerza de las señales de ondas cerebrales. La actividad de la banda de ondas EEG se registró luego en nueve áreas del cuero cabelludo asociadas con la función cortical cerebral.


Ondas cerebrales reflejan diferentes tipos de aprendizaje : explícito e implícito

Neurocientíficos del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria y del Departamento de Brain and Cognitive Sciences, Massachusetts Institute of Technology, en un estudio publicado en la revista Neuron de octubre 2017, han podido distinguir dos tipos de aprendizaje distintos entre ellos por los patrones de ondas cerebrales que producen.

Los científicos solían pensar que todos los procesos de aprendizaje eran iguales, hasta que se enteraron de pacientes como el famoso Henry Molaison o “HM”, quien desarrolló una severa amnesia en 1953 después de haber eliminado parte de su cerebro en una operación para controlar sus convulsiones epilépticas.

Molaison no pudo recordar el desayuno minutos después de la comida, pero pudo aprender y retener las habilidades motoras que aprendió, por ejemplo dibujando objetos como una estrella de cinco puntas en un espejo. HM y otros amnésicos mejoraron con el tiempo, a pesar de que no tenían memoria de cosas del pasado. Esto reveló que el cerebro humano se involucra en dos tipos de aprendizaje y memoria: explícita e implícita.

Cuando los investigadores del MIT estudiaron el comportamiento de los animales que aprenden diferentes tareas, encontraron signos de que diferentes tareas pueden requerir aprendizaje explícito o implícito. En las tareas que requerían comparar y combinar dos cosas, por ejemplo, los animales parecían usar respuestas correctas e incorrectas para mejorar sus próximos partidos, lo que indica una forma explícita de aprendizaje. Pero en una tarea en la que los animales aprendieron a mover su mirada en una dirección u otra en respuesta a diferentes patrones visuales, solo mejoraron su desempeño en respuesta a las respuestas correctas, lo que sugiere un aprendizaje implícito.

Además, según los investigadores, estos diferentes tipos de comportamiento van acompañados de diferentes patrones de ondas cerebrales.

Durante las tareas de aprendizaje explícito, hubo un aumento en las ondas cerebrales alpha2-beta (oscilando a 10-30 hercios) después de una elección correcta, y un aumento de las ondas delta-theta (3-7 hercios) después de una elección incorrecta. Las ondas alfa2-beta aumentaron con el aprendizaje durante tareas explícitas, luego disminuyeron a medida que progresaba el aprendizaje.

El aumento de ondas cerebrales alfa-2-beta durante el aprendizaje explícito podría reflejar la construcción de un modelo de la tarea y luego, una vez que el animal aprende la tarea, los ritmos alfa-beta caen, porque el modelo ya está construido.

Por el contrario, los ritmos delta-theta solo aumentaron con las respuestas correctas durante una tarea de aprendizaje implícita, y disminuyeron durante el aprendizaje. Este patrón podría reflejar el "recableado" neural que codifica la habilidad motriz durante el aprendizaje.


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Aprendizaje explícito e implícito

Todo esto revela que el cerebro se involucra en dos tipos de aprendizaje y memoria: explícito e implícito.

El aprendizaje explícito significa aprender de lo que se tiene conciencia, cuando se piensa en lo que se está aprendiendo y se puede articular lo aprendido, como memorizar un largo pasaje en un libro o aprender los pasos de un juego complejo como el ajedrez.

El aprendizaje implícito es lo contrario, ya que consiste en habilidades motoras o memoria muscular inconsciente, como lo es aprender a andar en bicicleta.

Los investigadores opinan que, si se puede detectar el tipo de aprendizaje que está teniendo una persona, entonces es posible mejorar o proporcionar mejores herramientas a ese individuo para sacar provecho al tipo de aprendizaje que está empleando.

Futuro impulso para el aprendizaje

Las firmas de ondas cerebrales pueden ser especialmente útiles para dar forma a cómo enseñar o entrenar a una persona a medida que aprenden una tarea específica, según el tipo de aprendizaje que se está llevando a cabo. Por ejemplo, si está usando más aprendizaje implícito, eso significa que es más probable que confíe en los comentarios positivos, y se podría modificar su aprendizaje para aprovechar eso.

Las firmas neuronales podrían ayudar a identificar los cambios en las estrategias de aprendizaje que ocurren en enfermedades como el Alzheimer, con el objetivo de diagnosticar estas enfermedades más temprano o mejorar ciertos tipos de aprendizaje para ayudar a los pacientes a enfrentar el trastorno. En la enfermedad de Alzheimer, una clase de aprendizaje factual explícito desaparece con la demencia y puede haber una reversión a un tipo diferente de aprendizaje implícito. Debido a que el único sistema de aprendizaje está deprimido, se debe confiar en otro. 

Estudios anteriores han demostrado que ciertas partes del cerebro, como el hipocampo, son más estrechamente relacionadas con el aprendizaje explícito, mientras que áreas como los ganglios basales están más involucradas en el aprendizaje implícito. Pero el estudio de ondas cerebrales indica mucha superposición en estos dos sistemas. Comparten muchas de las mismas redes neuronales.

Variación de ondas cerebrales en el ser humano

Ejemplo de diagrama de los patrones
de ondas cerebrales en el ser humano
El cerebro humano siempre está produciendo múltiples ondas cerebrales al mismo tiempo durante las 24 horas del día. Los sentimientos, habilidades, pensamientos y aptitudes llevadas a cabo están íntimamente relacionadas con esa mezcla de ondas cerebrales que emite el cerebro. El bienestar y la felicidad se hayan cuando las ondas cerebrales están alineadas a la perfección con lo que se está haciendo en un preciso momento.

Lo peores casos se dan cuando existe una mala combinación de ondas cerebrales que provocan la confusión, la ansiedad, el nerviosismo, estrés y conductas negativas que pueden llevar a la persona a un teórico fracaso.

En nuestra sociedad actual, el problema reside cuando comienza a dominar la mayor parte del tiempo una sola onda. En este caso, se comenta que estamos casi todo el tiempo bajo el patrón de ondas beta.



Nuestra misión es comprender que podemos alcanzar otros estados a través de la sincronía 
con otro tipo de ondas, y esto nos conducirá a una nueva forma de “ver” la vida, así como a adoptar 
una serie de hábitos capaces de superar las adversidades que encontramos. De momento,
 sólo la meditación constante ha demostrado ser la única solución, ya que la farmacología actual 
logra actuar a nivel de neurotransmisores pero no permite modificar los tipos de ondas cerebrales.

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